sábado, 27 de febrero de 2010

2009: Películas que quedaron de él en nosotros (VII): conversacional de Bastardos sin Gloria o la belleza sádica en la venganza, parte II

...segundo y último capítulo...

TONY A.: Bueno, creo que viendola como una aventura en la que los "héroes" tienen que lograr un objetivo es entretenida y creo que funciona en ese nivel también porque esta película es muchas cosas y una de ellas es una fantasía.

EDUARDO: Sí, yo siento cierto alivio cuando logran proyectar la película porque los personajes de Quentin usualmente comenten un error mínimo que los delata... y los delata hasta el extremo de que terminan muertos. Shoshana también termina muerta, pero al menos quema todo un episodio histórico y, catarsis o no, es una suerte de venganza. Su fantasía de venganza sí se cumple al final.
Y estoy de acuerdo: no creo que a ninguno de los personajes se le esté aprobando su violencia o su venganza; ahora, burlándose o acompañándolo hasta que cometa un error, sí.

TONY A.: creo que la película logra ser definitivamente una fantasía de venganza pero también es una reflexión de como nosotros como espectadores reflejamos nuestros sentimientos y realidades hacia el cine.

Aunque el error de Shossana nunca es burlable; tampoco el del granjero francés al principio.

EDUARDO: Aunque sí tengo la imagen de que Hitler o Hans Landa son más satánicos que Shoshanna o que Bridget, la actriz de cine. Satánicos y un poco caricaturescos, aunque sus actores, sobre todo Christoph Waltz, se encarguen de jugar en el momento preciso con los distintos tonos de los personajes.
¿Ves? Es eso lo que no siento en la película. Sí, lo veo en toda esa destrucción del cine, por ejemplo, ahí está la imagen, como también veo y me fascina la imagen de Shoshanna corriendo por el campo mientras su casa y Hans Landa quedan en sombras, pero no me hace llegar a esa reflexión sobre mí como espectador. Hay algo en lo excesivo de la matanza que no me hace llegar a tal reflexión. De que está ahí, entre los personajes y entre las referencias, estoy de acuerdo. Pero no me hace confrontarme conmigo como espectador.

TONY A.: Varía durante la película. Shossana es totalmente satánica al final. "El Oso Judío" es una bestia asesina sin remordimiento cuando matal al general alemán. Es que creo que ese mismo detenimiento y exceso en la matanza produce la reflexión. Sobre todo en la masacre en el cine. Me gusta cuando el soldado interpretado por Daniel Brühl le dice a Shosanna que le parece refrescante ver que ella todavía tiene sentimientos, aunque sean solamente de naturaleza física.

EDUARDO: Sí varía, pero en Hans Landa y Hitler resalta evidentemente. Los Bastardos son otros casi tan satánicos, pero más... físicos.

TONY A.: bueno, la confrontación está también en cuánto "disfrutas" de las escenas, si no de violencia gráfica, al menos como acción y las de violencia psicológica. el satanismo de Hitler me parece tan caricaturesco que raya en lo ridículo, tan ridículo como el de los Bastardos.

EDUARDO: ¿El disfrute es una confrontación? Estoy de acuerdo con que la exageración te lleva a un punto de dejar de sifrutar y cuestionar, así como la catarsis, pero el disfrute simplemente te hace seguir en el mismo estado, no hace que te confrontes a menos que alguien más te lo señale. Y más allá de la imagen perturbadora de Shosanna riendo mientras el público huye de la sala quemada, no me siento confrontado.

Es extraño, porque la película me fascina por su estilo (sofisticado, pero sangriento e incluso satánico), es admirable el ingenio de su técnica, pero a la vez es una película de guerra. Hay algo tan contradictorio en ella; no porque se trate de que esto sea negativo, sino como una curiosidad. Esa manera suya de ser refinada y brutal a la vez como la secuencia en la taberna: entre bromas y juegos al principio y entre incomodidades, insultos y balas al final.

GERMÁN: La película tiene mucha dinámica del juego del gato y el ratón en casi todas las escenas. Y plantea esa dinámina de diversas maneras: desde tensión insoportable en la escena inicial en la campiña francesa y la escena donde Shosana es llevada a la presencia de Hans Landa; hasta otras donde es casi un juego como en la escena del bar con Bridget y otras con los bastardos.

EDUARDO: Sí, donde las ratas (como dicen el propio Hans Landa) parecen ser los débiles.

TONY: creo que eso se debe a que Tarantino es un director irreverente más que nada pero creo que usa esa irreverencia como método de distanciamiento ("sí, lo que están viendo no es una realidad") y con Bastardos sin Gloria, obviamente, por el contexto histórico, hace que lo lleve un paso más lejos jugando con la historia o con la manera en el que el cine revisita la historia; comentando lo inÚtil del cine en tratar de ser fiel a supuestas verdades documentadas que son tan expuestas a cuestionamiento como cualquier otra documentada o percibida por otro tipo de medio.

EDUARDO: Sí, una visión del paso del tiempo es una nueva construcción del pasado, le da otra forma, y Tarantino está haciendo de eso un ejercicio evidente.
FRANKLIN: Jugando con la manera en que el cine revisita la historia. Más que una construcción del pasado, me parece, lo que queda evidenciado son las formalidades, la retórica casi, cómo el cine usa la historia. También en las referencias al cine propagandista, como la película del soldado, puede decirse que son críticadas por Tarantino.

EDUARDO: Sí, es una retórica de la historia en el cine. Me gusta lo que dices de las formalidades. Incluso dentro de la película, los personajes se caen por las formalidades, por cuestiones de cortesía (saludos, gestos, llamados de atención, maneras de pedir las cosas). Tarantino hace que sus personajes estén atentos al lenguaje de los demás como su cine explora y explota las imágenes del lenguaje cinematográfico. Como si en esas formas de ver la historia, en la cortesía engañosa entre gato y ratón o en un encuadre de la imagen de Shosanna riéndose en la pantalla estuviera agazapada toda una historia de la violencia y la agresividad que está a punto de estallar.

TONY: Creo que de esa manera Tarantino está exponiendo el poder del cine como medio y la influencia que tiene, como cualquier forma de arte - temiendo sonar algo solemne - de iluminar (para bien o para mal) nuestras concepciones de la vida misma.

EDUARDO: ¿sí? O sea, la idea está flotando en la película, pero lo que me pregunto es qué tanto se explora. No veo lo agudo o perceptivo en este aspecto más allá de la presencia que efectivamente tiene el cine en la vida de los personajes.

Y como cierre, qué dirían de la película, lo que la haga memorable, obra maestra o el aprecio que tengan por ella o el qué quedó de ella con ustedes.

GERMÁN: Me quedó de ella el gran villano que creó Tarantino con Hans Landa. La imagen de Shosanna riéndose proyectada en el cine. La genial escena inicial que de verdad me hizo sentir la tensión de los personajes. El strudel de Manzana. Que me divertí tanto mientras la veía que olvidé/obvié lo moralmente dudosa que es su propuesta.

FRANKLIN: La secuencia de la campiña me encantó. No parecía tarantino y eso me estaba gustando. La pantalla en llamas, la manera como el cine puede "vengar". Las risas que ma hacía soltar la película, mientras una viejita en el puesto de atrás decía: ¿de qué se ríe si están matando gente? También en cómo muestra la complejidad que hay en un tratamiento simplista de las acciones.

TONY Si perdonan que sea un poco analítico, me gusta cómo Tarantino implica y reconoce que él no conoce a la historia mejor que nadie. Hay una falta de pretensión en ella que la hace refrescante. No siento que se burle de la historia en sí sino, de nuevo, de cómo el cine muchas veces quiere tomar función de documental y supuestamente ser fiel a la historia y al mismo tiempo querer tomar sus libertades (eso relacionado con ese dicho inglés "having its cake and eating it too") lo cual encontré, sí, sincero de su parte. Supongo que lo que más me quedó de ella es cómo hace reflexiones y subversiones de lo que significa el cine (algo que siempre me llama la atención) y de lo que puede expresar y hacer.

EDUARDO: Yo quedé fascinado y entretenido por sus personajes. ¿Cuestionado, confrontado? No. Pensativo y seducido por la ambigüedad y por la tensión que hay en cada juego de poder, en cada movida de los Bastardos, de Hans Landa o de Shosanna, aunque nunca me dejara conmovido, inquieto o en catarsis. Entre risas y sonrisas por el humor de Tarantino, esta vez dosificado en diálogos menos extensos.

2 comentarios:

  1. Yo estoy de acuerdo sobre una cosa con Germán: Hans Landa me dejó atónito. Gran personaje. Comparable a otro de Tarantino: el gran Julius, de Pulp Fiction.

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  2. De veras que es un monstruo Christoph Waltz creando a Hans Landa. Tan zalamero, irónico, sádico y tramposo. Incluso en su humor, que parece de lo más inocente, hay una malicia escondida.
    Y, si Hans Landa es lo que fue Jules en Pulp Fiction, yo no puedo dejar atrás que Shosanna y Bridget son como Mia. Alocadas, divinamente alocadas disfrutando de sus planes y venganzas.
    Elenco tan maravilloso que son aquellos y estos.

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