Hawaii (2013) de Marco Berger trata de cómo se van reconociendo dos hombres a partir de que uno de ellos, Eugenio (Manuel Vignau), le da trabajo al otro, Martín (Mateo Chiarino), en su casa de verano.
Lo que más tienta de ella es cuánto valor le da al acercamiento entre Eugenio y Martín, y cómo retrasa el acercamiento íntimo que es casi inexistente, aunque finalmente lo intuimos. Es un retraso deseoso que me recuerda a la escena casi al comienzo de Brokeback Mountain donde Jack está pelando una papa mientras al fondo Ennis se desnuda. Es una escena que muestra la tentación de Jack y, a la vez, tienta por la desnudez borrosa. Hawaii tiene varias escenas así y que, sumadas, generan mucha expectativa de lo que va a ocurrir. Hasta el final donde adquiere sentido ese momento en la piscina donde Eugenio se distrae y apenas escucha "dos ananás" de todo lo que le narra Martín.
Si bien tiene una música que ralentiza el ritmo, es una película que termina enterneciendo por lo que implica Hawaii para estos personajes. Al final, la novela que está escribiendo Eugenio, el trabajo de la casa y la vida callejera de Martín son secundarios a lo que ellos han ido viviendo juntos ahora y en su infancia.
Praia do Futuro/"Playa Futuro" (2014) de Karim Aïnouz es, a un mismo tiempo, una historia de amor homosexual entre Donato (Wagner Moura), Konrad (Clemens Schick) y de amor fraterno entre Donato y Ayrton (Jesuíta Barbosa), su hermano.
En contraste con Hawaii, ésta es mucho más erótica y gráfica lo que excita más, pero esto es lo de menos. Vista por separado, es una hermosa reflexión sobre lo que significa la adaptación y el vínculo entre estos hermanos. Si no, que lo muestre el tercer plano dispuesto a continuación donde lo que contradice a la pareja, lo que los distancia, es eso mismo que Donato no tiene en Alemania, pero que termina por conseguir a su manera particular.
La película puede verse como un juego de tensión sexual entre los protagonistas, como apunta Nathaniel Rogers en su blog. Y, de hecho, tienen mucha química: sus miradas, sus conversaciones, sus caricias, sus escenas de sexo. Pero el filme es mucho más que esto, como lo promete su primer capítulo. Están también retratadas la adaptación y el vínculo con el hermano, sobre todo entre planos que hablan con más fuerza que cualquier diálogo e, incluso, la reflexión que cierra el último capítulo, meditabunda.
Al final, "Playa Futuro" se gana su ternura y su calidez aún en terrenos fríos.