jueves, 15 de noviembre de 2012

Trailer de Welcome (Philippe Lioret, 2009). Festival Euroscopio 2012


Lo que nos faltó de Secretos ocultos (Joel Schumacher, 2009)


Este domingo 21 de octubre, el misterio ya formaba parte de nuestro ritual. Algunos del grupo de cine íbamos a ver alguna película en el Cine Ayacucho; misterio sobre todo por el hecho de que un cine tan viejo se mantuviera funcionando; o sea, fuimos por el ritual en sí. Asumimos el misterio de cuáles películas estarían proyectando. Eran las tres de la tarde cuando llegamos. Y asumimos la ignorancia de meternos en una que ya era poco lo que prometía con su título redundante y, apenas, con el gancho de ser protagonizaba por Michael Fassbender. "Es el mismo de Shame y el de Prometeo", repetía y me repetía yo, acaso queriendo convencerme y convencernos de verla, aunque lo que más nos forzaba era una cuestión de horario: la función más cercana era la de esa película, a las 3:10 pm.

A las tres y diez, entramos a la sala a oscuras en donde se proyectaba ya a un Michael Fassbender en blanco y negro. Para cuando nos sentamos, ya las imágenes estaban a color y Fassbender había desaparecido.

Para el momento donde regresó, mucha sangre había sido derramada en la película, nosotros nos habíamos perdido entre la acción y el suspenso de dos hermanos en busca de venganza ante un ser misterioso, y Michael era el ser misterioso: Wirth, un monstruo nazi, malcriado, todopoderoso, que deseaba alcanzar la inmortalidad a través de un tercer ojo lamiéndole las espaldas sangrientas a sus víctimas. Aquí el misterio se había perdido, todo lo sagrado que rodeó el ritual de una sala a oscuras con vigas de madera, con espectadores hipnotizados ante la pantalla, estallaba en una risa que nos volvía cómplices a los del grupo y se perdía con bombillos cilíndricos o arañas de bombillos ahorradores.