miércoles, 24 de noviembre de 2010

Sangre Escandinava




Desde Suecia llega una verdadera historia de amor vampiresco, una historia que nos lleva a un mundo sombrío (gracias también a la las locaciones suecas que aportan un gran misticismo en este film basado en la novela de John Ajvide Lindqvist), una historia en el que se mezclan la inocencia, la tolerancia, el amor y la capacidad de entender y respetar lo desconocido.


Más que un film, es un viaje de entendimiento hacia lo diferente, cosas que van más allá de nuestra imaginación, lo místico y lo real se juntan en esta gran obra cinematográfica, actuaciones relevantes de pre-adolescentes. Todo esto hace al filme uno de los mejores en los últimos años, un producto que no fue hecho en usa(hasta que se les ocurrió la idea de hacerle un remake), una película que no pueden dejar de ver, algo diferente algo que de verdad rompe paradigmas y que sin ser dios para juzgar es muchísimo mejor que la saga: Crepúsculo(excelente libro) pero eso es tema de otro artículo, sólo me resta decirles: busquen sus cotufas y disfruten la película.

1 comentario:

  1. Anoche la vi finalmente.

    Me gustó muchísimo: por su manera sosegada de mostrar los personajes, por la inquietud latente en los silencios y en los colores (en el ambiente, hacia el blanco; en las ropas, hacia lo brillante), porque la violencia no se nos muestra ajena sino tan callada como lo es sangrienta, porque es la inocencia -muy distante de la ingenuidad- tras la violencia la que aquí perturba tanto, la que cala como el blanco grisáceo de las imágenes, palidez de rostros y paisajes, angustia de las apariencias de lo desconocido, aquí lo más íntimo y de donde surge un lenguaje (código de gestos, siencios, complicidades, sangre: amor) entre los dos niños.

    Quisiera verla de nuevo.

    Me gusta esto que dices de que es un viaje de entendimiento hacia lo diferente: la película es lo suficientemente críptica como para mostrarla a ella desde la inquietud de la normalidad (el niño se asusta cuando descubre lo que ella le había dicho) y lo bastante franca como para no dejar lo sangriento a un lado (cuando él la descubre, ella le responde que lo que el ser humano tiene de angustia -y de gusto- por la violencia, ella lo tiene de necesidad). El miedo no está en el terror de lo diferente, sino en no entender, y por lo tanto, en no sentir esta diferencia como una diferencia dentro de uno.

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