jueves, 21 de octubre de 2010

Párrafos sobre Cuentos de Tokio

http://www.miradas.net/0204/articulos/2003/0311_ozu2.html

Unas palabras sobre la película en una página de cine que conocí hace un par de años (tal vez Graciela recuerde por nuestros cine-foros en el colegio) y que de vez en cuando visito.

Me atrae mucho cómo va hilvanando la película (y sus impresiones de ella) a partir de los únicos dos movimientos de cámara que hay. Pareciera que en la quietud se descubriese el movimiento interior de los personajes, mientras que el movimiento permite elidir detalles importantes, distracciones que terminan siendo el indicio de un final.

Para continuar, una cita sobre Yasujiro Ozu en Historia del cine de Mark Cousins:

"Lo que vemos en la pantalla no es la mirada de ningún personaje, ni tan siquiera la del propio Ozu, sino la mirada del mundo. La historia deja de fluir por un momento para sumirse en un estado de abstracción".

2 comentarios:

  1. El otro día, en la reunión, Franklin me preguntaba por qué Yasujiro Ozu es un gran director (parafraseo porque ya era de madrugada y a partir de cierta hora de la noche, mi memoria vuelve más borrosas las situaciones que de costumbre).

    Usualmente, el porqué tiene que ver con el cómo, así que prefiero detenerme en este último. La manera de Yasujiro de abrir nuestra mirada a los detalles de la rutina (la interacción del día a día, la familia, los vecinos, el colegio) descubre una sencillez a ratos desoladora, siempre asumida. El curso de las cosas es parte de la naturaleza y esta desnudez de la mirada permite entrever el dulce amargo de cada acción, de cada imagen. Cada diálogo resalta la ya nueva mirada que nos está brindando Ozu. Recuerdo ahora Buenos días, cuando el "Hay muchas palabras que escoger, ¿no?" del profesor hacia uno de los niños descubre cómo el juego de silencio de los hijos implica también el juego al que pertenecemos todos los seres humanos, adultos o niños, con respecto a esta rutina de palabras.

    En esta rutina de palabras y gestos se desgaja la rutina de lo natural. Las imágenes de Ozu van transformando, poco a poco, nuestra mirada en "la mirada del mundo". Quieta y casi al ras del piso, esta mirada es un "somos así": acobija la naturaleza de cada gesto con la frescura del humor, sin el capricho del prejuicio y con el silencio del dolor.

    En esta rutina, la sencillez de cada actuación permite meterse en las casas (e interacciones) de estas familias a través del detenimiento natural en los gestos del rostro.

    Esta quietud, esta sinceridad, este silencio con pocos diálogos y esta posición desnudan más emociones que cualquier movimiento.

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  2. Por cierto, el domingo pasado paseaba por una librería y hurgando, encontré este fragmento de Libertad bajo palabra de Octavio Paz que me recordó a Buenos días. Haya sido el azar o la cercanía de la película por la noche anterior, aquí lo dejo:

    "Palabras, ganancias de un cuarto de hora arrancado al árbol calcinado del lenguaje, entre los buenos días y las buenas noches, puertas de entrada y salida y entrada de un corredor que va de ningunaparte a ningúnlado" (Hacia el poema)

    Me hace recordar los pasillos vacíos de las casas de los personajes, el juego de silencio de los niños cansados de tantas palabras (¿o de tantas formalidades?) que llevan a los adultos a conflictos.

    Y ya me callo porque tanto Yasujiro junto me ha obsesionado.

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