viernes, 15 de junio de 2018

Llamadas telefónicas (I): Brokeback Mountain (Ang Lee, 2005) [SPOILER]

Los teléfonos nos han permitido salvar distancias desde que comenzaron a existir gracias a Antonio Meucci cuando creó uno que funcionara dentro de su casa para comunicarse con su esposa que sufría de reuma. Para compensar metros o kilómetros, seguimos aún hoy en día, llamando a familiares o amigos para darles alguna noticia o, simplemente, hablar un rato. Son un artefacto que, por su función primordial, nos han permitido mantenernos vinculados.

Hoy empezamos en Moviemiento una sección dedicada a escenas de llamadas telefónicas dentro del cine. No se trata de que el teléfono cumpla una función primordial dentro de la historia, pero sí que éstos sean importantes en un momento de la película. Cuando sea posible, facilitaremos la escena en cuestión.

Empezamos con una historia que marcó el comienzo del nuevo siglo hace ya más de una década: esta obra maestra que es Brokeback Mountain, titulada "El Secreto de la Montaña". Es una historia de amor signada por la distancia donde Ennis y Jack hacen paréntesis en sus vidas para volver a verse. Quizás sea por esto, además de la maestría de Ang Lee y de los actores, que las sutilezas del dolor. se vuelvan expansivas a medida que transcurre la película


En esta escena, Ennis recibe de vuelta una postal para Jack, con el sello "fallecido" estampado en ella. Con un movimiento de cámara hacia Ennis y unas pocas notas de la música de Santaolalla se nos empieza a sugerir la lucha emocional que viene a continuación. Pero no será una discusión frontal, sino una conversación entre dos personas desoladas por la muerte: ella, que ya lo asumió y al menos en principio tiene un discurso aprendido sobre el deceso de Jack, y él, que apenas se entera pero tiene que seguir encubriendo el dolor.

Lo más arrebatador de esta escena es que, como hablan por teléfono, Lee puede captar perfectamente los gestos de ambos actores. Y a través del discurso aprendido con una voz fría, Hathaway desliza de a poco un dolor profundo por lo que nunca le dijeron y por lo que se viene a enterar ahora después de que su esposo muere. Ennis, en cambio, escucha cómo se supone que murió Jack (nunca ahogarse con sangre había sonado tan desolador como lo narra ella), pero a la par imagina la muerte secreteada, golpeado por varios hombres hasta tener el rostro ensangrentado así como una vez el padre de Ennis le mostró a él a un hombre asesinado por ser gay. Es la misma aridez, pero ahora mucho más cercana.

Los ojos llorosos de Lureen serán la certeza de lo que ella nos sugiere que había sospechado: ese lugar de ensueño de Jack llamado Brokeback Mountain. Porque a ella no le toque confrontar a Jack como sí hace Alma con Ennis, no quiere decir que sea un personaje menos interesante. Muestra de ello es esta escena donde Hathaway no se conforma con la ironía y la supuesta indiferencia. Se muestra también como un animal herido, engañado, donde incluso el silencio de su parte es una desilusión. El primer plano de su rostro amplifica una soledad que ninguno de los otros personajes en la película parecieran sentir.

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