Por un lado, muestra un abrebocas de la espontaneidad que brinda la película: sus tonos, sus actores, los diálogos.
Muestra también la química entre todos los actores. No hay ni uno por fuera en esta dinámica sobrecogedora de la ciudad.
No diré mucho más, pero sí creo que debemos atender a ella por su vitalidad, por sus referencias al teatro y a la psicología y, claro, también por la Guayaba de Oro que se avecina.
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