miércoles, 13 de junio de 2012

Trailer de Drive (Nicholas Winding Refn, 2011)



2 comentarios:

  1. Qué alucinante su juego de azules y rojos (no sólo entre él e Irene, también entre él y la ciudad), su música, sus escenas de acción vistas casi siempre desde el carro; en fin, su estilo de película ochentosa.

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  2. La volví a ver, esta vez con Antonio.

    El contraste entre sus azules y rojos me cautivó. El comienzo, con la persecución, ellos tres conociéndose, ellos dos compartiendo, encanta, pero inquieta durante la segunda parte. Es azul la claridad de él; es roja la pasión que provoca ella en él. Y, así, los cuatro visten distintas tonalidades de azul en el almuerzo como si el acuerdo entre ellos fuese un nuevo vínculo. El nuevo vínculo trae consigo violencia, el rojo ya no es el de los pasillos de su edificio ni el tejido del suéter de ella, sino la sangre desparramada en la pared azul del hotel. Es el beso de ellos en el ascensor que antecede el asesinato a patadas hasta destruirle la cabeza al primer matón; es la luz roja del semáforo reflejada en ellos cuando ella anuncia que la llamó la abogada de su esposo.

    Y, aun así, no hay rojo ni azul sin matices, sin las sombras vigilantes que nos tienen en tensión a lo largo de la película, sin esa tarde luminosa del paseo hasta el río. No hay colores sin ambigüedades: ¿no parece toda la vida del conductor una película ochentosa dirigida por Bernie Rose? Como se oye, más que verse, la persecución inicial; cómo vemos a los que amenazan al esposo de Irene; como se nos aparece el conductor como un policía para la escena de acción de una película.

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