martes, 21 de febrero de 2012

Una lucha hasta nuestros días (The Help, Taylor 2011)


¿Cómo no hablar de este filme sin ser subjetivo, cómo? The Help es uno de esos filmes que te llegan al corazón, que te hacen ver la falta de tolerancia que existió y, aunque suene increíble, todavía existe. El racismo, esa burda realidad del "blanco sobre el negro", difícil de explicar fuera de sus prejuicios, y aunque personas como Martin Luther King, Malcolm X y John F. Kennedy, entre otros, trataron de encontrar un camino hacia el entendimiento y la igualdad, no los dejaron terminar ese camino. Pero vamos al tema que nos concierne, el cine.

The Help está basado en el libro de Kathryn Stockett y cuenta las historias de un grupo de mujeres negras de servicio en los años cincuenta en Jackson, Mississippi. Emma Stone interpreta a Eugenia Phelan, una chica de 23 años con el sueño de convertirse en escritora. Del otro lado del Mississippi están Aibeleen Clark y Minnie Jackson, interpretadas por Viola Davis y Octavia Spencer respectivamente; dos mujeres que han hecho serivicio doméstico por más de 20 años y quienes se ven aturdidas por la ex jefa de Minnie, Hilly Hoolbrook quien es interpretada por Bryce Dallas Howard, haciendo tan buen papel que uno la termina odiando al final de la película. Esta mujer plantea que la servidumbre está obligada a tener un baño aparte por cuestiones de salud. De esta decisión, se desencadena una serie de eventos que llevan a Eugenia a reunirse con las mujeres de servicio para recrear sus historias en un libro.

Sin duda, The Help te lleva a un recorrido agridulce por los años cincuenta, con actuaciones tan buenas que te mantienen en el filme, que te dan ganas de leer el libro para saber las verdaderas historias de estas mujeres que demostraron temple y, aunque fueron explotadas y abusadas por sus "jefas", nunca dejaron de ser fuertes y al final colocaron su granito de arena en la búsqueda de una igualdad que algún día llegara.

Rowerth Goncalves. (@Rowerth_Unico)

1 comentario:

  1. Uno de los momentos que más me llamó la atención de la película fue cuando Eugenia recuerda la conversación bajo el árbol con su criada Constantine. Esta le dice que nunca sea condescendiente consigo misma (o nunca sienta pena de sí misma, si apelamos a la traducción literal).

    Y este es uno de mis mayores problemas con la película. Si no fuera por las miradas de sus actrices, la película se quedaría en la mirada tan suavizada que da de una historia tan violenta como la del racismo en Mississippi. Es como ese final, que deja abierta la posibilidad de que Aibileen escriba su propia historia, pero no indaga en lo que ella misma escribe en su cuaderno de rezos.

    Se podría tildar a la película de hacer sentir bien a los blancos después de lo tanto que han hecho sufrir a los negros, pero allí están la voz contenida de Viola Davis cuando habla de su hijo, su dignidad y su frescura cuando habla del primer niño que crió, su mirada atenta cuando responde a las preguntas de Eugenia; allí está Octavia Spencer haciendo mucho más con su sassiness que chistes sabrosones y fiereza en sus reacciones, y Jessica Chastain que, tras su esponatenidad, hay mucha energía y no sólo dulzura.

    Me quedo con las actuaciones, incluso las carcajadas que provoca el papel pequeño de Sissy Spacek, y con esa imagen de la grieta que intenta cubrir Aibileen con la ensalada en la mesa del comedor de los Leefolt.

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