martes, 24 de septiembre de 2013

Trailer de Los pájaros se van con la muerte (Thaelman Urgelles, 2013)



Adaptación de la obra teatral homónima de Edilio Peña.

4 comentarios:

  1. Hoy la vi con Cristina en el Lido.

    Es risible de una manera trashy, es rara, sí, pero hay algo dentro de su mundo trágico que me gusta. Tal vez tenga que ver con el hecho de ver la cultura ritual de María Lionza como una excentricidad dentro de lo cotidiano de un barrio, como la locura que está conteniendo el fin de ese barrio.

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  2. En la prensa salió publicada esta reflexión, más seria, sobre ella:

    "Una magnífica película de Thaelman Urgelles y una buena oportunidad -en mi caso particular- para reflexionar sobre lo que podríamos llamar la Espiritualidad Primitiva. Cosa que agradezco a mi viejo amigo; con el recuerdo permanente del hermoso esfuerzo que hace 20 años hicimos juntos en Catia. ¡¡Y mis saludos para la gente de Procatia!! Una Espiritualidad Primitiva muy distinta de la que se practica en las grandes Religiones -entre el Cristianismo-; una que se centra en lo que podríamos llamar Deidades Secundarias, menores, regionales o locales. En este caso, el culto a María Lionza.

    Viendo la película de Thaelman y reflexionando sobre lo importante que se ha tornado para mí la meditación sobre la Dimensión Espiritual de lo Humano y sobre la conexión de todo ello con el Cristianismo, es imposible no aterrizar en una pregunta acuciante: ¿Es en realidad tan abismal la diferencia entre esta Espiritualidad Primitiva -y local- y la Espiritualidad Cristiana, sin duda mucho más culta, refinada y profunda; y, sobre todo, de carácter mundial, practicada por cientos de millones de personas? Y, para ir más al meollo del asunto: ¿Cuán inmensamente lejos está el Culto a María Lionza de los enfoques filosóficos, místicos y aun académicos con los que el Catolicismo se conecta? ¿Cuán lejos están las creencias de Sorte de poder asumir las fertilísimas discusiones que el Cristianismo se planteó a todo lo largo de la Edad Media (época de un Oscurantismo lamentable) acerca de la comprensión de Lo Humano?

    Un deseo de profundizar en el asunto que tal vez podría reforzarse con una aguda e impactante declaración que Thaelman dio a la prensa en estos días: "Quise hacer una película diferente y mostrar que los grandes conflictos personales no ocurren sólo de la clase media para arriba". Un inteligente llamado de atención para quienes como yo se plantean el problema espiritual en términos miopemente individuales; sin ese interesante ribete "clasista" que Thaelman asoma y, sobre todo, que aborda de manera profunda en su película: Una cosa es el problema de la Espiritualidad para un cuasiintelectual de clase media, cómodamente instalado en el Este de la ciudad ¡¡y otra, abismalmente distinta, es ese mismo problema para una mujer casi analfabeta, inculta y elemental, empeñada en castrarle a su hija el deseo de estudiar (en una angustiosa escena, la chamita le dice a la madre que quiere hacerlo y ésta le contesta que "¿para qué?").

    Una cosa es el problema de la Espiritualidad, la Ética y los Valores ¡¡cuando se está en contacto con los 3.000 años que Occidente tiene en su haber, con toda la Filosofía Griega, la Escolástica Medieval, la Modernidad Cartesiana y el Nihilismo Nietzscheano, entre pecho y espalda!! y otra muy distinta es esa misma Espiritualidad, Ética y Valores, en una barriada pobre, con la presión o el recuerdo permanente de una bestia -el esposo- que pasaba en cuestión de segundos de la golpiza más brutal a la violación más grotesca.

    Ojalá Thaelman se anime a hacerle un seguimiento, anexo o posdata a su película: tal vez un cortometraje sobre lo que podría ser la Profundización en la Espiritualidad de esta extraordinaria mujer, muy pobre y primitiva, viviendo en la miseria. Buena parte del éxito de dicho trabajo ya estaría garantizado por las extraordinarias actuaciones de Carlota Sosa y de todos los otros actores y actrices de la película. Gracias a Edilio Peña, por la versión original para el teatro. ... Y, por supuesto, a Malena Roncayolo. ¡¡Ah... y lo más importante, no dejes de ver la película!!" (Emeterio Gómez, El Universal, 22 de septiembre de 2013)

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  3. Creo que "trashy" y "risible" son, hasta ahora, los únicos adjetivos que podría usar para describirla. Cuando comenzaba, sí comencé a plantearme en serio esos temas sobre la espiritualidad, lo femenino y la sexualidad en lo sagrado, entre otros... Eso antes de que se les empezara a ir la mano con esa estética cada vez más desconcertante (¡desconcertante!, otro adjetivo adecuado), que nos hizo terminar, inevitablemente, en carcajadas.
    Sin embargo, de hacer un análisis serio, yo tomaría en cuenta el tema de la mujer, que hasta en el marco de una creencia que adora una divinidad femenina, es una sombra del hombre, poseída como un objeto. La mujer en esta película adora a su "amo" y maltratador; la puta también ama al tipo aunque sea un asco... Bueno, esto daría para mucho de lo que ya se ha dicho bastante.

    En ese inicio en que pensaba que sería una muy buena película y me imaginaba todo un realismo mágico muy bien construido por venir, me vino a la mente el poema "La diosa blanca", de Ernesto Cardenal, un texto que leí ya hace tiempo y que me encanta. Dejo el link.

    http://www.casadelasamericas.org/publicaciones/revistacasa/242/ernestocardenal.htm

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  4. A ratos el poema me recuerda a la película de una forma vaga, casi juguetona, eso sí, juguetona como puede ser vista desde lejos la locura de una mujer:
    "Él demuestra con apabullante erudición
    que en la Europa pagana y todavía matriarcal
    hubo sólo una gran diosa a quien
    todos los pueblos rendían culto. Una diosa
    madre con un hijo también dios. Diosa
    de la virginidad y la procreación, la fecundidad
    y la muerte, del amor y el terror, del cielo
    y el infierno. Implantado más tarde el patriarcado
    asiático, el dios su hijo primero, y muchos otros
    dioses después, ocuparon el lugar de la diosa.
    Pero la creencia en ella no desapareció del todo,
    quedó en innumerables mitos, leyendas y
    supersticiones de todos los pueblos, y que aún
    persisten. Venus, Diana, las Gracias,
    las Musas, ninfas, sirenas, Circe, son
    fragmentos del mito de la Gran Diosa. Los
    cuentos de hechicerías y brujas en todas partes,
    mujeres que salen de noche para perder a los hombres,
    la mujer araña, la mujer que chupa la sangre
    de los hombres y cuyo abrazo es muerte... La Diosa
    tiene siempre el mismo aspecto físico según Graves:
    blanca, bella y esbelta, pálida, la nariz
    afilada, largos y hermosos cabellos, labios
    muy rojos y ojos zarcos. Botticelli la pintó
    exacta en el Nacimiento de Venus, dice Graves.
    Shakespeare la conocía y la temía, y es la
    Belle Dame Sans Merci de Keats. La Muerte
    que da inmortalidad poética".

    Así como la muerte de El Negro le brindó inmortalidad a los ritos que hacía La Madre con La Hija a María Lionza, y a la vez condenó a La Hija a tales ritos hasta su propia muerte, el poema nos habla de una muerte de la diosa blanca que la descompone en otros ritos con otros dioses menores.

    Es la yegua blanca de la noche: nightmare (pesadilla)
    y es serpiente y sirena y bruja. Sobre
    todo el mito de la Diosa es uno con la luna
    (la luna que es mujer con un ritmo menstrual normal
    de veintiocho días). Y un resto de ese culto
    es lo que actualmente conocemos como poesía"

    Esa luna con la que sueña La Hija, ensangrentada en la espalda de El Negro, su padre.

    "Por eso
    la poesía está siempre unida con la luna
    y con la mujer".

    Cabe preguntarse si hay poesía en esta película tan exagerada donde la mujer es bruja y amante, terror y alumbramiento, mito e incredulidad. Tal vez alguien encuentre o la haya encontrada, sea en su realización o viéndola. Por ahora, Cristina encontró un vínculo entre ella y la poesía, aunque haya sido nada más en ese comienzo de un sapo donde es escondido el nombre del amante para no ser olvidado.

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