En Le Scénariste, Jonas acepta recibir ayuda de otro guionista recomendado por su productor para hacer algunos cambios necesarios en el guión que ha estado trabajando desde hace bastante tiempo. Para esto, pasan un fin de semana bastante desatado en casa de Jonas y su esposa hasta descubrir qué era lo que le faltaba al guión y quién era en realidad esta ayuda tan recomendada.
El encanto de Le Scénariste es que se basa en un enredo bastante increíble para brindarnos un guionista bastante excéntrico como ayuda para la inspiración de Jonas. Sea una parodia aguda de lo que debe considerar un guionista al momento de inspirarse para escribir una historia o una sencilla comedia con visos de thriller, el cortometraje se sale con las suyas en ambos casos. Entre chistes simples y buenas actuaciones de parte de todos los involucrados sin siquiera caer en los clichés de ciertas etiquetas sociales que es preferible no mencionar para no aguar la sorpresa, al final la película tiene la agudeza de asomar lo que arriesga un escritor cuando quiere escribir una buena historia: su propio compromiso y los riesgos de ello.
Bastaría recordar Adaptation (Spike Jonze, 2002) para darse cuenta de que el corto bebe un poco del desenfreno de aquel largometraje, del contraste entre la corrección y el destape de los hermanos Kaufman. Mientras, en el corto, Jonas indaga introspectivamente en su personaje y el ayudante despedaza el guión mientras bebe vino y se acuesta con las mujeres con quienes se rodea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario