Anomalisa empieza con un cúmulo de voces que se enciman unas sobre otras. Y lo que veremos a continuación es una serie de voces similares que rodean a Michael Stone (David Thewlis) y que lo envuelven en una nebulosa de insatisfacción, distancia y desgano.
Michael es un hombre exitoso en lo común: está casado, tiene un hijo y está especializado en servicios al cliente. Pero la repetición de los eventos lo ha vuelto distante y desconectado de la vida cotidiana. En esto, el ritmo de la película se vuelve pesado, como si costara sobrellevar las vicisitudes nimias que se presentan. Es por esto que cuando conoce a Lisa (Jennifer Jason Leigh), poco a poco se va entramando un vínculo muy sencillo, pero valioso.
Y es ésta la fortaleza de la película: su voz. Habla, canta y gime de una manera tan encantadora que nos vemos envueltos en el enamoramiento en el que se ve atrapado Richard. Luego veremos que es una trampa que él mismo se crea, pero lo cierto es que la película es Lisa sin lugar a dudas. Está todo meticulosamente armado para que ella sea el centro, incluso a pesar de que es una persona común y corriente, una anomalía entre lo mundano. Y la película vale por ello. Su humor es irregular; su ritmo cansa y su postura final resignada reseca un poco lo que habíamos disfrutado; pero la sola 'presencia' (porque Leigh reafirma aquello de que la voz es una presencia) de Lisa hace valiosísima esta película.
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