Angel-A, dirigida por Luc Besson, nos coloca en la hermosa ciudad de París en blanco y negro. En ella, conseguimos a André Moussah (Jamel Debbouze), un personaje amable y encantador que a pesar de sus buenas cualidades siempre anda metido en lios. André es de origen marroquí pero se ganó la nacionalidad norteamericana en una lotería. Esto realmente no le sirve de mucho estando en París con la mitad de la ciudad buscándolo para cobrarle. Él es inseguro, miente mucho y a todos. En su narración inicial nos relata como, a pesar de ser un buen tipo, se miente hasta a sí mismo. No puede caminar cinco cuadras por la ciudad sin que alguien le grite para exigirle dinero que debe. Como espectadores sentimos la presión que él siente mientras lo acorralan, lo golpean y lo insultan. André es un perdedor, siempre escoge mal y, aunque no tiene malas intenciones, todo siempre termina mal para él. Es difícil no simpatizar con él cuando vemos que ni sus supuestos amigos realmente son lo que dicen y sólo se aprovechan de él. Su visón de la vida y su actitud son la razón por la cual está donde está.
Está al borde. No lo ayudó la embajada norteamericana ni la policía y sólo piensa en una salida. El suicidio parece ser su única opción y es aquí donde cambia su vida. André se sube al borde del puente, mira al cielo preguntándole a Dios si esto es lo que Él quiere, y exige saber porque se dio por vencido ayudándolo. Justo antes de saltar se pregunta por qué nunca Dios responde sus preguntas y al instante obtiene su respuesta. La respuesta es una hermosa rubia que igual que André tiene pensado saltar. Ambos parecen tener problemas y buscan el mismo resultado. La rubia salta y André salta tras ella para rescatarla. Angela (Rie Rasmussen) es su nombre y mientras André es negativo y se siente feo e inútil, Angela es alegre, dulce y optimista. Angela intenta demostrarle que la belleza interior debería ser siempre más importante que la exterior. Ella le dice que lo va a ayudar en todo lo que necesite y a salir de problemas por salvar su vida. De inmediato ve lo bueno que es André y lo ayuda a darse cuenta de que tiene mucho que ofrecer. Angela entró a su vida para sacudir su mundo.
Mejorar el autoestima de André no es la única misión que tendrá Angela. También tiene que ayudarlo a salir de los miles de euros que debe. Primero está Franck el mafioso que casi lo deja caer desde la torre Eiffel. André cree que lo respetará mas ahora que tiene a una bella mujer a su lado pero éste sólo quiere estar con Angela. Ella propone manejar la negociación y momentos después se consigue con André afuera con dinero y le dice que se olvide de su deuda con Franck. Angela le da una solución de una manera muy inusual a los problemas de André para que este así pueda pagar la deuda. André tiene conflictos y está preocupado por lo que hace Angela por él. Ya con el dinero para pagar la deuda, ambos van a un club donde ella logra ver el tipo de personas con quienes se involucra André. Después de recibir su pago, el supuesto amigo de André le da un aviso que puede ganar dinero en una apuesta que termina siendo falso. Angela le hace ver que la razón por la cual nunca sale adelante es porque siempre toma las decisiones equivocadas y no entiende la lección.
André no termina de entender por su propia cuenta así que Angela decide revelarle un gran secreto sobre la razón por la cual estaba en el puente. Esta razón no era para suicidarse, ella estaba ahi por un motivo y tenía un proposito. Es aquí cuando André comienza a entender que Angela es su reflejo, su imagen y que en cierta forma es igual que él. Frente a un espejo, Angela le pide que diga que la ama. André dice que no es tan fácil, ella le explica que es difícil porque nunca nadie le han dicho que lo aman y no sabe cómo se siente. Ella hace que se vea al espejo y decirse a sí mismo que se ama. Con esto, André ve de una manera nueva la vida y puede ver lo importante que es amarse él mismo. Él ve que es una persona hermosa y deja a un lado su inseguridad y recupera así su autoestima. Es una escena realmente cautivadora y llena de emoción.
Angela ya tiene la confianza de André y por eso decide contarle par de secretos sobre lo que ocurrió mientras estuvieron juntos. También le confiesa algo sobre quién es y su pasado. Decide recordarle que aproveche todas las oportunidades para, de ahora en adelante, siempre ser honesto y sincero, y decir siempre lo que siente. Sugiere un encuentro con Franck donde vemos que André por fin entendió, y le dice todo lo que esta en su mente. Le comenta que sólo faltó que llegara a su vida una mujer que abriera sus ojos. Luego de esta charla, André se prepara para tener un último momento con Angela en el mismo puente donde se conocieron, donde llega el desenlace de la aventura de estos dos personajes.
Esta película de Luc Besson busca mostrarnos de una manera muy peculiar la importancia de ser honestos, de quererse a uno mismo y de siempre tener en cuenta todas las virtudes positivas que tenemos. Si te quieres a ti mismo será mucho mas fácil poder querer a alguien más cuando esa persona entre en tu vida. A veces hace falta que alguien nos recuerde algo que ya sabíamos pero por alguna razón decidimos olvidar. Jamel Debbouze le da vida a un tímido e inseguro André quien poco a poco se va transformando en un hombre seguro y lleno de confianza. Besson junto a Thierry Arbogast, el cinematógrafo, logran captar la esencia y belleza de Parias, la ciudad del amor en blanco y negro para no solo hacerlo poético sino también simbólico para el contraste de la historia de los dos personajes. Una historia para aquellos que están enamorados del amor que culmina con Angela salvando a André, o ¿será que él fue quien realmente la salvó a ella?
Frases de Angel-A:
"Sé que no tienes pasado. Permíteme darte un futuro".
"Una hermosa rubia de piernas largas que fuma como loca no es como te imaginas a un ángel".
Javier Riquel
@JaviRiquel
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