domingo, 7 de julio de 2019

2° Festival Internacional de Cine Colombiano: En el taller (2018) de Ana Salas


En el taller, de Ana Salas, se nos muestra el proceso creativo del pintor colombiano Carlos Salas en su lugar de trabajo. Podemos decir que es un documental reflexivo porque padre e hija aprovechan ambos medios (lo pictórico y lo audiosivual) para hablar sobre sus expresividad, pero lo maleable de cada elemento con los que ambos trabajan es una de las grandes fortalezas de la obra.

Carlos Salas ha realizado importantes aportes al campo de la abstracción y, actualmente, es considerado uno de los pintores colombianos más representativos de las últimas décadas. Sus obras han participado en exposiciones en los principales museos y galerías de Colombia, así como en América Latina, Estados Unidos y Europa. Al finalizar la película En el taller, el Museo de Arte Contemporáneo de North Miami (MOCA) realizó la exposición Carlos Salas, Latin America and the Global Imagination.

Por su parte, a Ana no le basta con incluir, sobre algunos planos, los correos entre ella y su padre para impulsar en nosotros una reflexión sobre cómo el vínculo entre ellos enriquece el documental y el proceso de su pintura. Carlos tampoco se conforma con la preparación de su obra circular En el abismo. (Parecería evidente decirlo, pero no sobra asociar la idea del taller como un abismo si se hace una relación entre el título del documental y de la pintura). Además, Ana lo coloca a reflexionar, voz en off o frente a cámara, sobre la imagen. Y en una escena se incluye a ella misma en la conversación. ¿Puede lograrse mayor intimidad entre uno y otro medio? Diálogo artístico y filial, que nunca quiere decir acuerdo pleno. Unos comentarios aislados fuera de escena dan cuenta de sus discrepancias políticas, por ejemplo. No son aleatorias tampoco las referencias a Chaplin por parte de Carlos, que si bien pueden parecer muy evidentes, remiten a un cine clásico repleto de movimiento y juego con la imagen.

Al final, el diálogo entre padre e hija y sus medios expresivos es tratado como una conversación filial. En una de las escenas finales donde la pintura finalizada nos brinda la ilusión de flotar en un plano general del taller, nos permite creer que el arte nos sostiene tanto como la complicidad familiar. Y también evidencia los procesos anímicos, accidentales y lúdicos para que tal obra y sus riesgos emerjan de estos artistas.


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