miércoles, 20 de junio de 2018

La mirada del crítico (1): "La experiencia de cine es la sala". Entrevista a Pablo Gamba (y III)

¿Cuál escena recuerdas haber visto con más fervor como espectador?

¡¿Fervor?!

O emoción.

Quizás en un momento las películas de los Monthy Python pudieron haber sido objeto de fervor para mí.  O René Clair en Beldades Nocturnas (1952). Es un tipo que va soñando de época en época y en cada una lo persiguen y él huye yendo a otro tiempo. Con una película tan delirante como ésa, ¿qué más se puede esperar? O Me casé con una bruja (1942), que se burla del conservadurismo estadounidense. Es un tipo que salva a una chica de un incendio y resulta que es una bruja. El tipo se lanza a político y ella le lanza un hechizo. Y los votos van cambiando de candidato. Es muy divertido.

Me gusta mucho la comedia que, me parece, es algo muy subvalorado. La gente no se toma en serio la comedia, aunque decirlo parezca un chiste.

De René Clair recuerdo haber visto una, pero no recuerdo cuál. Que por cierto la alquilé en Video Color Yamín.

Exactamente. Ésa era una época dorada. Cuando yo fui Director de la programación de la Cinemateca, aunque parezca mentira, me acuerdo una vez que Farruco Sesto no podía creer que hubiera un videoclub bueno en Caracas. Como Video Color Yamín era capitalista, no podía ser bueno. Sí, era comercial, pero había mucha variedad. Nunca vi un lugar en el mundo donde hubiera tantas películas de diversidad sexual, si bien no era mi orientación ni mi estilo de vida, y en un lugar como Caracas. Era un lugar muy progre.

Yo recuerdo haber visto Chungking Express (1994) en VHS y recuerdo incluso que la tenía. Mucho antes de Fallen Angels, (1995) Happy Together (1997) e In the Mood for Love (2000), que me gusta mucho menos.

Cuando se puso de moda el cine de acción hongkonés y había unos cineastas que eran maravillosos. Yo recuerdo Tsui Hark, uno que es más conocido como productor, pero él es vienamita y tiene una trilogía que se llama La Trilogía del Espadachín. Hay una escena en la que Brigitte Lin tira agujas con hilos. Ella llegó a ser mujer porque se castró después de haber preguntado a su maestro qué debía hacer para ser el mejor espadachín. Al final el maestro se burla de ella por haberse tomado su consejo en serio. Más o menos, ésa es la tónica. Es una cosa delirante.

Hay una película de Ronny Yu, quien después haría La novia de Chucky (1998), que por supuesto todo el mundo detesta pero es una gran película, El Trío Fantástico. Una de ellas, que hace de ejecutiva, tiene que salir a correr. Se saca la falda y queda con una malla. Ella carga con un sombrero y es una bomba. (Risas).

Hay una de John Woo que es Una bala en la cabeza (1990) y es literalmente eso. Son tres chinos que huyen de Hong Kong por una cuestión del crimen. Terminan en Vietnam, en la guerra. Pero hay una cosa absolutamente loca: hay un concurso que es bajarse una botella de Whisky Etiqueta Negra de un solo trago. Resulta que en la huida naufragan, son unos pistoleros hongkoneses. Están caminando en medio de la guerra de Vietnam, por supuesto embarrándose. Y a un tipo lo matan con un disparo en la cabeza. Resulta que el tipo estaba vinculado a una mafia y uno de sus amigos rescata la calavera. Y para vengarse, abre la puerta en esas típicas reuniones de ejecutivos mafiosos, coloca la calavera en la mesa y les muestra el hueco de la bala (Risas). ¡Por favor! Por supuesto que es con unos carros, motos y fuego. ¡Ése es John Woo!

The Killer (1989)
Hay una secuencia en The Killer (1989) de John Woo en la que el tipo tiene que ir a matar a alguien porque es un asesino a sueldo. Lo tiene que matar en un salón de té. El tipo va caminando y lleva varias pistolas. Va avanzando, por supuesto en esa cámara lenta que sólo Chow Yun Fa da. Primo el tipo se saca dos pistolas y las mete en dos macetas. Camina un poco más, saca dos pistolas y las mete en otras macetas. Y así sucesivamente. O creo que son sólo dos y las estoy multiplicando por la emoción que me generó. La cosa es que después Chow Yun Fa con sus dos automáticas en súper cámara lenta. En una parte, él agarra a una tipa para cubrirse y dispara y, sin querer, la deja ciega. Eso se sabe después. A él lo hieren en la pierna caminando por el pasillo. Y ya sabes cuál es el resto de la película: el pistolero se consigue a la cieguita para rescatarlo. Por supuesto, le paga la operación para devolverle la vista. ¡Qué melodrama!

Me gusta mucho el cine de acción hongkonés. Tuvo su época. La película en la que se inspira Reservoir Dogs (1992), que se llama City on Fire (1987), tiene un ritmo muy acelerado. Nunca para.

También me gusta Tarkovsky (Risas). El Espejo (1974) es otra película esencial para mí.

¡Uh! A mí no me gusta tanto.

Bueno, apaga eso y vámonos (Risas).

Para que no quede en una cuestión de gustos nada más. Es demasiado poética para el lenguaje cinematográfico. Me parece muy críptica en su metáfora.

¿Te parece que podemos hablar de metáfora en una película donde los simbolismos no están nada claros?

Precisamente. No tienen un significado claro y se diluye la fuerza de la película.

Quizás la combinación de Tarkovski con cine de género es buena porque le da un cierto equilibrio. Es una película muy volada.

Por otro lado, cuando yo iba mucho a la Cinemateca, era la época dorada del cine polaco. Hay un cineasta polaco que ha caído mucho en descrédito. Y él ha hecho mucho para caer. Pero hay otros cineastas polacos, no tan conocidos pero que fueron muy importantes para mí. Uno de ellos es Krzysztof Zanussi. Es uno de los del cine de la inquietud moral. Él tiene películas justamente de problemas entre lo existencial y lo moral. Tiene una que se llama Espiral (1978) sobre un tipo que se quiere quitar la vida. Tiene otra que se llama Balance Trimestral en la que todo transcurre en medio de un retiro que hacen por una defensa de tesis en una universidad. Y es sobre la corrupción en las universidades: cómo las tesis son compradas.

Me parece que era un cine muy necesario en su momento. Un cineasta que me gusta mucho es Kieslowski. No habría González Iñárritu sin Kieslowski, pero hay dos episodios del Decálogo (1989) que son esenciales para mí: Decálogo I, donde un hombre se confía de la capacidad de predicción de una computadora y muere su hijo por eso, y el Decálogo VII o V que es la del asesinato y la pena de muerte. Además es alguien que mata a alguien por hastío. Y matar a alguien no es fácil, por más que Hollywood nos quiere hacer creer lo contrario. Matar a alguien es una tarea bastante complicada porque se requiere mucha fuerza. Es una película horrible, pero extraordinariamente buena.

La doble vida de Verónica (1991) es un filme que te hacer verla muchas veces porque es con Irene Jacob. Cualquier película con Irene Jacob es una película que uno no puede dejar de ver cuatro, cinco, seis veces. Es una de las mujeres más hermosas que yo he visto en la pantalla. Es una película sobre el destino. Son dos vidas de una misma mujer que, además, es una de las cosas que plantea Kieslowski con su cine de inquietud moral. Él empezó a hacer un cine sobre problemas morales porque es una manera de tratar los problemas de la sociedad sin caer en el panfleto político. Sobre todo la parte dura de la Ley marcial que le tocó vivir a él durante el ocaso del comunismo en Polonia.

De hecho, en el Decálogo tú ves las colas, pero las ves siempre de fondo. La gente haciendo cola para cualquier cosa. Y las protestas son un montón de gente en la calle con una vela.

En La doble vida de Verónica, él trató de hacer un cine más imaginativo. Y es la posibilidad de mostrar en una misma película: ¿Qué pasaría si alguien hace esto y esta otra cosa también? Las dos alternativas de la vida vistas en una misma película. Por una parte, es una chica que tiene un problema cardíaco y le gusta mucho la música. En Polonia decide seguir su vocación musical y muere cantando. Y en Francia, no sabe por qué, pero tiene un pálpito de que ella debe dedicarse a la docencia.

La Double Vie de Veronique (1991)
Hay otra película que se llama Ciego Azar (1987) que no es una gran película, pero es interesante.  Es en el contexto del surgimiento del partido político Solidaridad, aunque las elecciones estaban hechas para que no pudiera ganar las elecciones. Cosa que más o menos sabemos cómo es. Pero es un tipo que tiene que tomar un tren y ocurren varias alternativas. La primera es que consigue subirse al tren y se convierte en miembro del Partido Comunista. La segunda alternativa es que el tipo no llega al tren y termina vinculado a Solidaridad. Y la tercera es más o menos indiferente.

Tiene otra película, no me acuerdo del título exacto en este momento. Es de un tipo que lo mandan a manejar una fábrica donde hay una serie de conflictos con todo el entorno por contaminación y maltrato de los obreros. La fábrica está destruyendo el ambiente. Estamos hablando de un filme ambientalista de los ochenta. Hay un enfrentamiento muy rudo con el sistema.

Me gusta mucho ese cine: el iraní, sobre todo, el polaco. A poco tiempo de llegar acá, descubrí a uno yugoslavo en la Lugones que se llama Zelimir Zilnik. Hicieron un ciclo en la sala Lugones. Es un tipo que retrata la caída del más democrático de los sistemas socialistas que era el de Yugoslavia. Ahí las fábricas eran autónomas y una de las sociedades más prósperas. Si bien no era un país socialista. Yugoslavia era no alineado.

El tipo te muestra un país donde no tiene que decirte más nada. El país está destruido. Las fábricas están destruidas, las calles también. Todo está en ruinas. No hay manera de producir. Todo está destrozado porque no hay inversión. Pero Zilnik capta una cierta energía de la gente que me llamó mucho la atención. Creo que está rebatiendo eso de que “el sistema es perfecto y es la gente no sirve”. Le está dando la vuelta a este lema. El sistema es el que hace que la gente se marchite.

El cine cubano es otro muy esencial para mí, entre ellas Memorias del subdesarrollo (1968). Es otra película esencial para mí. Hay otra que se llama Alicia en el Pueblo de las Maravillas (1991) que llegó lejos en la crítica. Es un pueblo fronterizo entre dos provincias y ahí mandan a toda la gente que no cuadra en el sistema. El pueblo tiene un restaurante y ahí sirven todos los días arroz con huevo.. Y la gente va a comer eso con una camisa que tiene un huevo y los cubiertos están agarrados con unas cadenas. Al final, lo que produce el pueblo es agua con gas bastante sucia y procuran venderla diciendo “tú la bates, tú la bates, y no se nota”.

¿Cuál es tu postura frente a ver películas en la casa o verlo en la sala de cine?

Es una buena pregunta. Mira, cada cosa tiene su momento y su necesidad. La casa tiene la ventaja del acceso. Y un tipo de visión que para efectos del trabajo es mucho más práctica, para analizar, por ejemplo. Hay una visión mucho más íntima y cercana con la película. Hay comodidad de parar la película, volver a ciertas escenas. Se empieza a parecer a la lectura en cierto modo. Se parece incluso con los subrayados. Eso me gusta.

Yo no me imagino cómo daban clases antes con rollos de 16 mm. Eso debió haber sido imposible. Cuando yo he dado clases, me llevo como cincuenta clips de películas. Eso es muy fácil y cómo ayuda. Presentas un fragmento y lo discutes. La clase se vuelve más dinámica.

Pero el cine sigue siendo la experiencia sobre todo en la actualidad donde está muy reivindicado con el cine sensorial. Sí es notable que no puedes compararlo. Hay películas que es inimaginable verlas en la casa. Los espectáculos de Hollywood, de hecho, son inimaginables fuera de una sala de cine. La experiencia del cine es la sala. Sí he notado que la capacidad de concentración en una sala es increíblemente mayor. La capacidad de sumergirte en la película sólo se consigue en la sala. Yo no aguanto cuatro películas en la computadora y en el cine aguanto hasta cinco.

Lo malo del cine es que no te puedes poner de pie. Con la edad, van saliendo las molestias del cuerpo.

The Iron Ministry (2014)

Yo recuerdo un documental del Laboratorio Etnográfico Sensorial que sólo tiene sentido verlo en un cine. Es una experiencia sonora también, como en el caso de El Ministerio de Hierro (2014). Eso es la sala de cine. Incluso el cine de terror barato se alienta con el sonido de la sala.


Pocas cosas como la sala de cine. 
Bueno, agradezco el tiempo dedicado.

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