Un cuento que como aguja nos atraviese la nostalgia
La ciudad arrastra distancias, desencuentros,
y el abanico no deja de ondear, tal vez porque tampoco sabemos esperar
el teléfono, el telégrafo, telegramas: noticias, ruidos tardíos acallando la lejanía
Un Tokio para nos, para la indulgencia de una soledad llamada "Vida"
el tren, los automóviles: rutas -des-andadas por el vaivén de traer y al mismo tiempo dejar atrás
Luego de la Reunión de hoy Domingo, Eduardo y yo nos sentamos a jugar un poco con lo que nos quedó, luego de ver "Cuentos de Tokio".
ResponderEliminaresto que se cuelga es el resultado de un cadáver "ominosoo"!!!
me gustó edu!!
¡Mucho!
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