sábado, 17 de marzo de 2012

Crepúsculo de Tokio (Yasujiro Ozu, 1957)















1 comentario:

  1. Cuando imaginaba que la aceptación del cambio y de la ruptura no podía ser más aguda que sus Cuento de Tokio, Buenos días o Primavera Tardía, me encuentro con ella.

    En sus películas, Yasujiro pareciera componer variaciones de una familia brindando pequeños descubrimientos interiores, no desde el movimiento de la mirada, siempre capaz de distraerse y engañarse, sino sobre todo desde el movimiento o la quietud corporal de los objetos y de los personajes.

    Por ejemplo, la escena del niño levantándose es un hermoso descubrimiento, pero que sólo se nos revela sutilmente; o la callada escena del reloj a oscuras.

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