domingo, 26 de julio de 2009

"Pocas cosas son irreversibles". Irreversible: Semana I

Hay algo inquietante en la película desde que comienza. Es la música, es la fotografía, es ir de adelante hacia atrás y también es el fragmento que la inicia:

"Irreversible > Porque el tiempo lo destruye todo > Porque algunos actos son irreparables > Porque el hombre es un animal > Porque el deseo de venganza es un impulso natural > Porque la mayoría de los crímenes quedan sin castigo> Porque la pérdida del amado destruye como un rayo > Porque el amor es el origen de la vida > Porque toda la historia se escribe con esperma y sangre > Porque en un mundo bueno > Porque las premoniciones no modifican el curso de los acontecimientos > Porque el tiempo lo revela todo > Lo mejor y lo peor".

Pero todo esto se pierde cuando la historia en sí carece de la fuerza para sostener o darle algún sentido a las decisiones técnicas de los movimientos de cámara o de la fotografía. El problema no es que la trama sea sencilla, sino que no hay un conflicto en los personajes y, por lo tanto, la película termina siendo una fijación, ni siquiera sadomasoquista, en la violencia. Sí, tiene escenas insoportables por su crudeza y por su duración, pero la decisión de contar la historia desde el final, lo más repulsivo de la película, choca tanto que, inmediatamente, deja entrever la debilidad de los personajes y evidencia que su estilo es un intento por ser irreverente. El final que es principio y el principio que es final achatan el fragmento inicial al literalizar que el tiempo lo destruye todo y hacen aborrecible la experiencia con esas vueltas de cámara que sí, está bien, dan la sensación de que lo irreversible puede dar vértigo y náusea, pero la película no termina haciendo algo con esa impresión.

Si es un filme para poner las sensaciones al extremo, lo hace confiando en dos situaciones que en cualquier circunstancia son fuertes, pero no porque sea una impresión intrínseca a la película. De resto, para mí no queda mucho en qué pensar más allá que en la obsesión de cierto cine por la violencia per se; violencia que inquieta y perturba al momento, pero luego se olvida porque no tiene la cercanía de la violencia de la realidad ni dice o hace algo con ella.

2 comentarios:

  1. Comparto en demasía tu opinión, Eduardo. Me parece que la película trata de impactar tanto al espectador que no logra concatenar una trama sensible, y se desvanece en la pura de forma, logrando enlazar una simple reacción de un tipo furioso por la violación de su pareja sin mayor conflicto de la historia y sus personajes. Tal vez la estructura del film produce que se siga viendo la película, porque de lo otro le falta bastante.
    Y es cierto que las palabras iniciales llaman la atención del espectador, pero cinematográficamente el film se lo lleva el viento; no hay un sustento en imágenes a lo largo de la cinta que se entrelace con el principio de la película. Además, la ultra-violencia se apodera del film, por ello el impacto que surge de ella.
    Sin embargo, no se puede despreciar Irreversible. Me parece que uno al verla está ante una buena película. Sólo que las palabras le pesan demasiado.

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  2. puede ser y comparto, puesto que no volvería a verla...
    sin embargo, hace más de dos años que la vi y dejó cicatriz en mi memoria: es una película que difícilmente se repite, pero no se olvida.

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